domingo, 14 de enero de 2018

Historietas Extraordinarias 1

Revista formato 20,5 x 9 cm, 92 páginas blanco y negro + tapa y retiraciones color, encuadernado rústico. Autor: Kokin Kokambar (http://kokambar.blogspot.com.ar/). Edita (sin acreditación en tapa) Ediciones Pollofante (https://es-la.facebook.com/edicionespollofante/).
Una tapa para gobernarlas a todas, una tapa para encontrarlas, una tapa
para atraerlas a todas y ponerles mayonesa, en la tierra de Lanús,
 donde se extienden las sombras.


¿Qué onda?

Dedicamos la primer nota de este blog a El Capitán Supositorio Volúmen 4 hace casi cuatro años, y yo manifestaba mi lazo mental con Kokin Kokambar por las felices coincidencias derivadas de esa gran historieta cómica de superhéroes que hace aún (sacó dos volúmenes más y un recopilatorio). Pero las coincidencias se diluyeron un poco con los años, y es mi culpa. Kokin es igual que cuando nos conocimos: hilarante, superproductivo, inquieto y fana de Batman. Yo, por otro lado, ni productivo ni inquieto, y me he puesto peor, tal vez por la edad, tal vez por las cosas que me han pasado. Lo cierto es que, entre sus muchos proyectos, que incluyen una bella tira a color llamada Huevos Fritos del Espacio, que ya sacó dos ediciones, Kokín, a través de su sello Pollofante, sacó esta revista que se revela parte de algo a continuar desde la tapa, que muestra un 1 al costado.
¿De qué se trata?
En forma de ilustraciones con texto y de tiras, se van formando a través de 90 capítulos, distintas historias que se entrelazan y se cuentan no necesariamente de manera continua. En la tapa se anuncian tres que tienen su importancia en la trama general: El Hombre que Pegaba Perros Por El Culo, El Fin del Futbol y Los Cafeteros Que Querían Destruir La Civilización. La última en particular viene esparcida en bloques y episodios a lo largo de la historia. Entre medio de eso, tenemos muchos capítulos donde se mezclan dosis de argentinidad conurbana (centrada, como corresponde a un bonaerense del sur del conurbano como Kokin, en el Mordor del conurbano septentrional: Lanús), fantasía épica y una lógica innegable tanto como absurda. Citaré como de importancia y constancia las sagas del Panchero, De Ñopo el destructor y de Soplete el árbol viviente.
Estas muchas historias mechadas con capítulos sueltos con referencias tan eclécticas como Sofovich, El Señor de los Anillos, influencias Lovecraftianas, el Kaiju nipón, cuentos de hadas, la carrera espacial, El Principito y hasta un cruce entre los desafíos de la tecnología de celulares y el presuntamente finado líder de Al Qaeda, conforman un conjunto con todo lo que Kokin nos tiene acostumbrados en cuanto a humor. Con el mismo amor e irreverencia con que trata al género superheróico en El Capitán Supositorio, lo hace con casi todo lo demás en estas Historietas Extraordinarias que, espero, no tarden mucho en darnos el número 2, aunque haya que buscarlo a la tierra de Lanús, donde se extienden las sombras.



Momento álgido y Lovecraftiano de la historieta.
¿Quién debería leer Historietas Extraordinarias 1?
Además de los seguidores habituales de Kokin, que ya saben qué esperar, cualquiera que sepa apreciar el humor multirreferencial, que abreva en la cultura pop, en el costumbrismo y en el disparate. Si te gusta Rick & Morty y no te reís solamente de esa mitad de los gags que están pensados para el común de la gente astuta, sino también de los que requieren algo más que la cultura pop, deberías poder disfrutar de enterarte de los Enanos que viajaron al espacio, del destino cruel de El Principito, de cómo atrapar a un demonio del invierno del infierno, de cómo los celulares desbancaron a los anillos de poder o de lo difícil que es conseguir bigotes de lagarto calvo para hacer tisanas o hechizos del más alto nivel... en Lanús.

MAX KING

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