miércoles, 30 de abril de 2014

Bienvenidos a República Gada -Mi Mamá Me Muerde-

Libro, formato 15 x 13 cm, 72 páginas blanco y negro, tapa color, encuadernado rústico. Editado por Editorial Módena. Guión y dibujos por Fernando Biz. Sitio de la editorial http://editorialmodena.blogspot.com.ar/. Sitio de la serie http://bienvenidos-a-republicagada.blogspot.com.ar/.
La familia Tifosi de Ferrari revela al miembro más temible: la madre, cuyo nombre no spoilearemos, aunque sépase que no se llama Beatrix Kiddo.

¿Qué onda?
Hace unos años, de la conjunción de la gran pareja entre Llanto de Mudo y Ediciones Noviembre (ésta última por entonces a cargo del amigo Ricardo de Luca) salió un manga llamado Bienvenidos a República Gada, de la mano del ascendente Fernando Biz. Biz había estado tropezando con su serie sobre carreras de F1, su verdadero amor, y decidido a hacer algo distinto a lo que le gustaba pero parecido a lo que todos los demás otakus gustaban de leer. Movido por el mismo amor y la misma autocrítica por el manga que a este servidor lo mueve con el género superheróico, Biz concibió una historia una chica de secundaria y una situación absurda que la descoloca por completo de su ya de por sí inusual situación, con varios clichés muy del manga, desde la amiga secretamente enamorada (a lo Sakura Card Captor) hasta un adulto cuya inmadura degeneradez sexual aporta vis cómica, pasando por perros que hablan, braguitas a la vista, adolescentes calenturientos y escenas insert con el personaje en versión chibi.
Pues bien, Biz no deja de ser un fana enfermo de la F1 y de Ferrari, así que la protagonista de esta serie es de origen italiano y se apellida Tifosi di Ferrari (hincha de Ferrari, en castellano) y como dato de color, las miembros de la familia tienen nombres de cuerpos celestes: Estrella es la protagonista, Luna es su hermana mayor. Y hay una hermana menor, Venus, y la tía (Nova). Incluso la "amiga" de Estrella se llama Sol, como para no irse mucho de tema. Una familia tana donde el único hombre, además del novio de Luna, es el profe, que al final del primer número se convertía en el tío de las chicas. Ah, dato que se me escapó: el profe no tiene boca y Biz omite en general modificar la posición de sus cejas, por lo que nunca sabemos de verdad su ánimo o intención. Un hallazgo que ya se le había marcado a Fernando al inicio de esta serie.
El segundo tomo salió sin el sello de Llanto de Mudo, y cuando Biz redondeaba el tercer tomo, Noviembre (ignoro si el cambio de manos de la editora tuvo algo que ver) forzó a Fernando a montar su propia editorial, a la que, como no podía ser de otro modo para el fanático del Cavallino Rampante, se llama Módena. Lo obvio no le quita lo genial. Benvenuto il progetto.

¿De qué se trata?
En la casa de la tía de Estrella ya están viviendo las dos mentadas Estrella y su tía (médica cirujana, ella) Luna Ananké y el Profe, a la sazón padre del niño que crece en la panza de la tía de Estrella.
Las cosas, con Ananké ya instalada y los conflictos de su llegada resueltos en el número anterior, parecen tranquilas, pero suena el timbre y el mundo tiembla, porque llega la Madre de las chicas.desde Italia, para resolver asuntos con sus hijas.
Lo que sigue, es lo que ya nos acostumbró Biz a leer en estas páginas: situaciones absurdas, sexys, brutales, grotescas y cotidianas, mezcladas sin disimulo. Como punto fuerte de la historia están las muchas y no menos absurdas revelaciones de la historia familiar, desde el origen de la llegada de Estrella a Buenos Aires desde Italia hasta la muerte del abuelo.
Todo uno de los mejores dibujos bien estilo manga que haya visto en dibujantes argentos.
Digamos dos cosas sobre el dibujo de Biz, una buena y una mala.
Buena: el dibujo es lindo, prolijo, carente de excesos, con envidiables perspectivas. No, no es que se la juegue con escenas tipo M.C.Escher y se luzca, pero a más de uno de nosotros nos cuestan las puestas en escena más pelotudas dibujables a dos putos puntos de fuga y a Biz no. Biz no se manda nada del otro mundo porque no lo necesita, y lo que sí necesita lo resuelve con una solvencia que a mí me da envidia.
Mala: no logro notar en las cuatro damas que llevan adelante esta historia las diferencias de edad. Estrella tiene 15, Luna tiene 17, La Tía tiene 35 y la Madre 45 y en general, salvo por la estatura, se ven parecidas.
Estoy seguro que es un tema de proporciones, pero no tengo el libro de anatomía acá, así que baso mi apreciación en mi propia visión subjetiva, así que tómenme con pinzas, y el que coincida conmigo pero con argumentos, aporte su opinión, que es bienvenida.
Bien, dicho ésto, ahora arremetamos con el guión, del que voy adecir también una buena y una mala.
Buena: es muy gracioso. En especial a partir de la mitad del libro, cuando Biz parece estar de veras cómodo con la historia. El manejo del absurdo y los clichés del género se nota, incluso para un lego del manga como yo. Y que sirva de ejemplo: yo NO LEO MANGA, no soy habitué ni me atrae particularmente el estilo, pese a que el animé no me es ajeno y he visto animés desde la infancia (y si la historieta de La Abeja Maya se puede considerar como un manga, ahí tenés un manga que leí de pibe), y el laburo de Biz me gysta y me divierte. No hace falta ser del palo para disfrutarlo, lo que es sin dudas un punto importante a favor de Fernando.
Mala: en el primer tomo, un periodista del medio marcó algunos momentos un tanto groseros o acaso pasados de tono de aquella historieta inicial. Entiendo que la naturaleza tana de la relación entre las protagonistas y el hecho de ser una historieta de humor lleve el tono a extremos, pero en la primera escena me resultó que la guarrada era un poco forzada, o que ni daba para hacerla. O sea, es la primera página, hay que arrancar con la introducción de la historia (primer acto, que le dicen) y la atención del lector está puesta en eso, no hay exigencia de retenerlo con un comentario guaso. Hay muchas otras páginas para eso.

Pese a eso, a esta altura de la soireè uno ya sabe cómo viene la mano con las Tifosi di Ferrari, así que tampoco es que si llegaste hasta aquí un "tapate esas ubres" te va a hacer salir corriendo a pedir de vuelta tu dinero.

¿Quién debería comprar Bienvenidos a República Gada - MMMM-?
Obviamente los que gustan del manga y en especial el manga de pendejas de secundria. Sí, el manga está tan segmentado que hay incluso mangas para ese tipo de lectores.
Pero guarda, que yo no solamente no soy fana del Manga sino que ni siquiera soy una pendeja de secundaria (ni un pendejo de secundaria dispuesto a comprar esos mangas por las escenas sexys en las que las pibas aparecen en bombacha o en bolas), y la historia que cuenta Fernando Biz me compró desde el minuto 0. Es cuestión de entrar en el blog de la serie y darle una chance. Y si gusta lo que se ve, se puede ir y comprar este primer tomo de la flamante Editorial Módena, que promete sacar otros tomos de argentimanga, o manga argentino.
Si no compra este ejemplar por mí o por los muchos buenos argumentos que le acabo de explicar, hágalo por Biz, uno de los tipos más queribles que he tenido el gusto de conocer en el medio indie.

MAX KING

viernes, 25 de abril de 2014

Antología de Héroes Argentinos Volúmen 3

Libro, formato 22 x 15 64 páginas blanco y negro, tapa a color, encuadernado rústico. Editado por Universo Retro, varios autores. Sitio web de la editorial: http://www.universoretro.com.ar/
Tapa dibujada por Merbitt. Me hubieran gustado colores más saturados, pero cumple.

¿Qué onda?
Cuando salió el primer tomo, no me atreví a comprarla por culpa de Cazador. Había sido fiel seguidor del Caza en toda su etapa en De La Urraca y lo banqué cuando aparecía desde las páginas de El Die, en tiempos en que el conflicto legal entre Lucas y sus ex-editores impedía que El Cazador siguiese su derrotero en otra editorial con su nombre propio. Luego, no recuerdo quiénes acabaron editándolo en su segunda etapa, pero a esa altura yo ya estaba agotado de eso en lo que se había convertido el personaje y extrañaba el principio de la primera etapa, cuando pese a ser todo los grosero y soez que era, era en el fondo el "Cazador de Aventuras", y pasaban otras cosas además de las referencias pop, las puteadas y la aniquilación de la integridad de algunos personajes (nacionales y no, de historieta y reales). Cuando vi al Caza y el libro decía Antología, prejuzgué "uh, otra historieta repetida del Caza".
Me arrepiento mucho de ese prejuicio. No solamente la antología no tenía ninguna historieta repetida (bobo de mí, es una antología de héroes, no una antología de historietas) sino que la del Caza poco tenía que ver con aquel personaje del que me hastié luego de bancarlo tanto cuando más de un crítico ya lo despreciaba acaso por demasiado popular... Sí, el ambiente comiquero es así, a veces.
No solamente son historietas originales, algunas incluso hechas por sus autores originales, sino que además hay una historia interna que va conformándose al pasar los tomos que incluyen, influyen y se relcionan con Carlitos, la historieta de Sebastián Ariel Rizzo, un amigo de la casa.
Además de historietas autoconclusivas, una de las historietas de cada número va construyendo una subtrama que se desarrolla a largo plazo. No siempre es el mismo el protagonista de esa historieta autoconclusiva.
Ésto me resulta fascinante y es lo que más me cacheteó en mi prejuicio boludo de no haber leído bien la tapa, donde dice "Historias inéditas autoconclusivas".


¿De qué se trata?
La historia subyacente halla en la primera historieta del libro, llevada a cabo por Mauro Mantella en guiones y los Silva Brothers en dibujos, su presumible climax. En tomos anteriores nos enteramos que hay una agencia del gobierno encargada de atrapar a los héroes y encerrarlos, ficcionalizando sus historias y publicándolas como historietas para reducirlas a leyendas envueltas en la bruma de la duda. Esta nueva entrega halla a Marcos Bizancio (describible como una especie de John Constantine bien argentino) siendo llevado al loquero donde tienen a los héroes encerrados y controlados con pastillas. Uno ya debería suponer que un tipo como Bizancio, contactado con fuerzas sobrenaturales, no va a entregarse así como así, pero queda la duda, al menos hasta la primera sonrisa cínica que los Silva dibujan muy eficazmente en el rostro del personaje.
Lo que sigue, es una escena donde vemos a los personajes encerrados, lista que incluye, y me pongo de pie para decir ésto, a ARGENTINEMAN. Caete de culo, la humilde creación de un servidor comparte celdas con Doméstico, Rataman (no el mío, que es Rata-man, sino el de Félix Saborido), Mikilo, Hunter (el Cazador original), Mikilo, Bruno Helmet y hasta Sónoman, entre otros. Es claro, allí hubo palanca de Seba Rizzo, fan de Max King Comics! de la primera hora, uno de los valientes que mandaron carta al correo de lectores de mi fanzine.
La cosa es que no quiero enfriar la sopa de la historieta, así que baste saber que el asunto viene de escape y que la historia enlaza con el tomo 2 de Carlitos, que aún espera que lo lea.
Luego del plato fuerte del número, vienen más historias autoconclusivas no relacionadas con esta subtrama:
Megaman: Cita con Fobos, por Fernando Calvi, su autor original. Aquí debo detenerme un instante. Hace 15 años, cuando Megaman vio la luz por primera vez, yo adoraba el estilo de Calvi, que remitía a la estética que en aquel momento reinaba en las nuevas series de Cartoon Network, de la mano de la trilogía Craig McCracken, Genndy Tartakovsky y Van Partible. Le perdí el rastro a Fer por unos años hasta que lo vi de nuevo en la Fierro, totalmente cambiado. El lugar hacia donde evolucionó el estilo de Calvi no me gusta para nada. Lo digo honestamente y lamentándolo, porque encima Fernando es un capo y su estilo actual no es para nada fallido, ni tiene grietas que provoquen la indignación que genera, por ejemplo, que Rob Liefeld siga laburando de historietista en las editoriales mainstream. Es más, en la evolución de Calvi se ve un establecimiento del tipo como dibujante. El Megaman original podría haber sido dibujado por cualquiera de los miembros de esa trilogía que mencioné. Hoy en día, cualquier dibujo que veas de Calvi remite solamente a Calvi. Su estilo es inconfundible. Pero yo extraño al Calvi tartakovskiano. En fin, olvídense, son cosas mías. La historieta de Megaman es tal y como eran las historias antes, aunque a mí me haga ruido este dibujo tan frondoso en tramas de punto. Megaman consulta un oráculo para saber si debe confrontar sus sentimientos con los de su amada, su Luisa Lane, Lina Luxor. Una historieta que, pese al dibujo totalmente actual, logró llevarme atrás a esos tiempos. Ese Calvi guionista de hace eones sigue ahí, aunque un nuevo Calvi se haya hecho cargo de los dibujos.
A Megaman le sigue una nueva aventura breve de Camulus, titulada "Descanso", con guión de Pablo García y dibujos del amigo Jorge Blanco. Aventura es un poco mucho, porque en las 5 páginas hay más reflexión que hachazos, pero las imágenes que hace Jorge son tan lindas y le sientan tan bien a la onda del guión que no se extrañan demasiado las cabezas cercenadas. Al cabo, la historia se llama Descanso, y Camulus merece descansar de tanta batalla. Es un descanso grato, que se diga.
Luego de Camulus viene una de Animal Urbano, guionada y dibujada por Edu Molina. "Seguridad" es lo que piden a ambos lados del muro que separa a las víctimas del delito de las víctimas del delito. Lo que cambia es el origen. Así lo muestra clarito Molina en una historia casi sin texto, pero contundente, en la que Animal Urbano no aparece en ninguna viñeta. Un clásico instantáneo.
La quinta historieta me devuelve dos cosas que extrañaba mucho de la historieta de héroes de fines de los 90:
1) Los Secret Origins. Cuándo fue que me convertí en Batman nos cuenta casi que el origen secreto de Carlitos.
2) Los guiones de Toni Torres. Hay quien lo menosprecia porque Toni casi que no ha hecho otra cosa más que El Caballero Rojo. Pero Torres escribe muy bien, y le encomendaron en esta ocasión contar de cuando un muy pendejo Carlitos se cruzó con los Titanes en el Ring de Martín Karadagián. Lo que cuenta la historia contesta unas cuantas preguntas que quedaron colgadas de Carlitos, la historieta en la que Universo Retro nos presentaba al personaje creado por Sebastián Rizzo. Genial elección del guionista por su talento para contar historias de tipos disfrazados con calidez y porque la historia lo incluye al Caballero Rojo. ¿Quién mejor que Toni para esa tarea? El dibujo de Ignacio Segesso acompaña sin fallar, redondeando una historieta que resulta imprescindible para los fans de Carlitos.
Cierra la antología otra de Carlitos, hecha por dos capos absolutos: Jorge Morhain en guiones y José Massaroli en dibujos. La historia, titulada "No es el Manchester" se ubica cronológicamente luego de los hechos del tomo 2 de Carlitos y lo tiene a Carlitos ya en activo, siendo eso para lo que entrenó de pibe, fuera del loquero, acompañado y todo por su propio Robin.
Y Massaroli en algunas viñetas me recordó a cosas que vi de Batman dibujado por Gardner Fox. Con su versatilidad, no me extrañaría que haya sido intencional.
Para coronar, antes de las publicidades, una ilustración de Alberto Aprea que yo tuve la exclusiva chance de ver a colores, donde está Carlitos con los héroes, incluyéndolo a Argentineman, dibujado como se lo ve en las convenciones, sospechosísimamente parecido a mí. Cuando me lo mostró Rizzo, pedí babero. Y no es que me haya visto lindo, es que Argentineman es para mí como un hijo, y este número es como si mi hijo lo llamaran a jugar en primera A, luego de patearla en la tercera de Sportivo Baradero. ¿Cómo no se me va a caer la baba?


¿Quién debería comprar Antología de Héroes?
Aunque este libro es mucho más serio que el jocoso fanzine de Kokín Kokambar con el que estrené este blog, la variedad indica que el objetivo es amplio. Todos los que amen a la historieta de héroes (con o sin superpoderes) TIENEN que darle una chance a este libro, y a sus dos predecesores. Aquellos a los que les gustó Carlitos, la obra de Seba que también editó Universo Retro. Los nostálgicos de Titanes en el ring, al menos para ver un poco más del Titan y su troupe. Los fanas de los superhéroes y de la historieta nacional. Los que siguieron los fanzines del género como H de Héroes, los intentos de revistas del género como Animal Urbano, Bruno Helmet, Mikilo, El Ojo Blindado. Los que seguían el post de historieta colectiva que hacíamos en el foro de Portalcomic. Y finalmente los que no les va tanto el género heróico, pero les gustan las aventuras. No todo gira en torno a disfrazarse y Bizancio es ejemplo de eso.
Si hay que excluir a alguien, es a los que no les gustan las historietas nacionales. Cualquiera que cierre su cabeza a la historieta nacional no merece leer este libro, aunque es bienvenido a hacerlo y al menos formarse un juicio fundamentado de su disgusto.
Es un bello libro muy bien editado, con historietas para varios gustos y me mencionan en los créditos. Aún si ni me nombrasen, los recomendaría. Al cabo, mi arrepentimiento de no haber comprado los primeros dos volúmenes ya era patente antes de saber que el número en el que aparecería Argentineman sería el tercero.

MAX KING

lunes, 21 de abril de 2014

Cripy Especial Nº 3

Revista formato A4, tapa color, interior blanco y negro 60 páginas. Editado por Cripy Comix. Sitio de la revista http://www.cripy.com.ar/

Una genial portada de Nahuel Sagárnaga, que refleja bastante la onda de la revista.
¿Qué onda?
Estaba pensando en qué revista iba a reseñar para esta segunda entrada del blog y no sabía de cuál hablar. Y entonces, camino al laburo, meto la mano en la mochila para sacar una de las revistas que tenía para leer. Agarré la Cripy y al agarrarla, me corté la mano con el filo de una de sus hojas. Siendo una revista de terror para niños, me resultó divertida la conjunción entre el cortecito, la sangre y el tópico que trata esta revista.
Y así es que encontré la segunda entrada del blog. Con un chiste filoso nacido del accidente más pelotudo que te puede pasar con una hoja de papel.

En su vida civil se llama Luis Roldán. Acaso sabiendo que su nombre da para un personaje de Alberto Olmedo y por eso puede generar chistes, Luis se hace llamar Lubrio y se dedica al dibujo humorístico, entre otras cosas. Es que se nota que para Lubrio, el humor es cosa seria.
Lubrio, además de hacer cosas deliciosas como Una Pequeña Variable, de co-organizar la muestra Dibujados y de dar clases de teatro, dirige y coordina (y también dibuja para) una revista virtual de historietas de terror para niños. Cripy, cuya versión regular y virtual puede conseguirse en el sitio arriba indicado, tiene su versión en papel en especiales más que jugosos. El número 3 es el que nos reúne aquí. Y este número trae una gran cantidad de obras de los más diversos autores. Por orden de aparición: Nahuel Sagárnaga (tapa), Lucía Miranda (retiración de tapa), Jon Amarillo (Mostrobot), Maléfico (Edgarcito, el nene atormentado, curiosamente no incluído en el índice), El Gory (Pum-Pum, hecha junto a Lubrio), Clemente Montag (Don Aníbal), Lubrio (Detalles), Parpaglione (Ficha coleccionable), José A. García y Matías Chenzo (Acampada), Luciano Galíndez (La Playa), De Rossi (texto Mitos Urbanos), Rapetti (Crema del cielo), Amadeo Balderrama (Póster de terror), Pibita Anacrónica (La Momia de Rahotep), Brian Janchez (Topati), El Pybe(La Cena Misteriosa), FSF (El Hombre del Rincón), Oenlao y Jesús Alarcón (Los Kazasustos), Pablo Elías (Monstruópolis), Emilio Ferrero (Malman), Panzarasa (Dr. Praxu y Cianuro, con Clemente Montag), Capitán Manu (ilustración del cuento de) Verónica Roldán (La caja de Música) y Guada (Humortalidad), para cerrar con la contratapa de Juan Chavetta.
Todo eso en 60 páginas, contando tapa, contratapa y retiraciones.

¿De qué se trata?
Cripy es una antología que reúne historietas cortas, o episodios cortos de historietas, más algún texto y un cuento corto. Este especial 3 tiene un surtido numeroso. Las historias giran en torno al terror, pero enfocadas al público infantil, lo que implica que si no tienen humor para niños es porque están protagonizadas por niños. Personalmente y sin desmerecer al resto de los autores, las piezas que más me gustaron de este especial fueron: Monstrobot, una breve historia de pibes viendo pelis de ciencia ficción terroríficas de los 50; Don Aníbal, joya de Montag con su estructura clásica de chiste, donde un aparentemente apacible viejo de barrio encierra en sí a un monstruo de hábitos alimenticios diferentes; Detalles, una historieta corta y contundente de Lubrio enmarcada en la ciencia ficción con miedito, muy sólida; las tres tiras de Topati, de Brian Janchez, de quien hablaré largo y tendido en la reseña sobre uno de los últimos libros que sacó; Malman, de Emilio Ferrero, tres tiras cómicas sobre un personaje malo, del tipo de villanos que a mí me gustan, los malos simpáticos.... y el cuento final merece párrafo aparte, así que, con permiso.
En el final hay un cuento de Verónica Roldán. La hermana del editor le borra, en cada edición, la idea maliciosa a todos de que está en la revista porque es la hermana de Lubrio. Cuando tuve la idea de hacer Fan de Fanzines, una de las cosas que ansiaba poder reseñar eran los cuentos de esta muchacha. No solamente las narraciones son fluídas y originales. Verónica jamás se excede en detalles al pedo, y cada palabra que pone aporta al clima que busca. Es algo que, para ser honesto, le envidio. El cuento que plasma esta vez es el de un niño que llega de vacaciones con sus padres a un pueblo cuya magia excede lo mundano. El misterio, lo fantástico, el suspenso y la emoción pasan como ráfagas suaves de brisa que te dan palmadas a medida que lo leés, como esa brisa que va llevando risas en el cuento. El cuento te deja una sensación de extrañeza, prueba de que la autora fue eficiente en lograr que te metas en esa historia, aunque no seas el menudo destinatario de la revista.

¿Quién debería comprar Cripy?
Quizás gente que no tenga miedo a cortarse con la agudeza de las historietas que hay en la revista, o con el filo de sus hojas, como me pasó a mí. O no, tal vez más que eso.
Los estilos son variados, lo que implica que una amplia gama de gente puede encontrar su espacio en esta revista, tal es usualmente el fuerte de las antologías, pero yo creo que, más que nada, la revista es para los chicos. Hoy en día muchas cosas que daban miedo a nuestros padres son suaves para los niños, así que pensar en una revista "de Terror" para niños no es delirante. Al cabo, Mike y Sully descubrieron que la risa genera mucha más energía que el miedo, y la Cripy es definitivamente una revista divertida, y con monstruos. De seguro Mike Wasowsky la compraría... y también Boo.

MAX KING

lunes, 14 de abril de 2014

El Capitán Supositorio Volúmen 4

Fanzine formato A4 al medio, Blanco y negro 64 páginas. Tapa blanco y negro. Editado por Kokin Kokambar. Blog del autor: http://kokambar.blogspot.com.ar/
Una splash-page que lo cuenta todo sobre el estilo de Kokin.

¿Qué onda?
Si he de iniciar este proyecto, tiene que ser reseñando al que no dejo de nombrar como mi "alma gemela" en el mundo de los fanzines. Kokin Kokambar. Cuando lo conocí, yo estaba sacando el número 15 de mi fanzine y él estaba con sus primeros dos volúmenes de su Capitán Supositorio, un fanzine de historietas cómicas de superhéroes argentinos, o sea, el mismo género que explora Max King Comics!, mi fanzine. Si creían que la coincidencia llegaba hasta ahí, se equivocan. Kokin es también adepto a Batman y tiene su superhéroe batmanero mezclado con un porcino. El enfoque difiere, y su Dark Chanch es, literalmente, un cerdo antropomórfico disfrazado de Batman, en lugar de un simil de Batman con traje de chancho azul.
Y no, tampoco acaba ahí la cosa. En el número 15 de mi fanzine salió una historieta de guión propio dibujada por Fran López donde Chanchman tiene un equipo de fútbol virtual llamado... ¡Los Dark Chanchs!
Si con eso no pruebo que Kokin y yo tenemos un enlace mental, que me aspen.
Luego de eso, nuestros estilos son diferentes. Tanto en lo gráfico como en el modo de encarar el humor, lo cual es refrescante.
Casualmente, hay que marcar esas diferencias para hablar de este volúmen 4 que halla a los héroes en plena pelea con el Minotauro uruguayo que acaba de plantar un termo nuclear.
He ahí una diferencia: Kokin lleva el absurdo a la olla y lo adereza con mucho grotesco, cocinándolo al fuego lento del disparate. Seguro exagero, pero si Dalí en vez de derretir relojes, hiciera sus cosas con la lógica de la historieta de superhéroes, haría algo parecido a lo que hace Kokin.

¿De qué se trata?

Así las cosas, tenemos al equipo B liderado por el Hombre Neumático y conformado por la pareja Calzón y Bombach, los héroes de aguas hervir Pavor y Tetor, el acorazado Firulais, Abonombre y la Nona Amazona (cuyo poder principal es ser una abuela amazona que amasa), y el Pasto de la Justicia. Su deber es entretener a Washington el minotauro uruguayo mientras el equipo A regresa con Benito Mostacher para detener la amenaza. En el medio, aparece Jesusman montado en un elefante modificado geneticamente,  Y luego Dark Chanch estrella su chancho volador, y si uno piensa que se viene un momento épico, se equivoca. Los personajes en El Capitán Supositorio solamente son épicos de pinta, un poco como los argentinos. Los giros delirantes son marca de este comic de Kokin así como los personajes invitados haciendo comentarios son marca en mis historietas y la imposibilidad de dibujar pies son la marca de Rob Liefeld.

El estilo de dibujo de Kokin para su Capitán Supositorio es lo más cerca que se puede estar del estilo estandar del comic de superhéroes yanqui, pero no llega nunca a ser realista. No hace falta. La historia es un delirio y no hay razones para que el dibujo contradiga al guión. Así como Dark Chanch agarra a Batman, lo hace girar hasta armar un rulo que lo acerca al Batman de Adam West y luego vuelve a rizar el rizo hasta ponerlo en el sitio de la parodia autoirrespetuosa, lo mismo hace el dibujo, con ya no los ángulos aberrantes, sino con todo aberrante: edificios torcidos, montados unos en otros, como telón de fondo a las grotescas luchas que ocurren en el primer plano, todas condimentadas por diálogos acordes. Puede causar en el lector inadvertido un cierto rechazo, porque no parece tener sentido. A ese lector le recomiendo que empiece por anclarse en los globitos y cuadros de texto. Una vez que abrace el delirio que hay en el relato y los diálogos, se acostumbrará al entorno. Lo vale.


¿Quién debería leer El Capitán Supositorio?

Gente inteligente que ame a los superhéroes. Es importante que sea inteligente. Los fanáticos necios lo verán como un insulto, pero allá ellos. Incluso si hablamos de gente inteligente que no ama a los superhéroes, pude disfrutar de esta historia. Kokin no ata tanto a su obra a los clichés del género como hago yo, pero aunque lo hiciera, en estos momentos de alta exposición del género al público general (Marvel Cinematic Universe y Batman/Superman mediante) no es que el ajeno a los comics se vería fuera del chiste. Sí es menester que sea inteligente, repito. Es más, lo que recomiendo es que vaya al próximo evento y consiga la cajita con los cuatro volúmenes de este gran fanzine, porque la historia da tantos giros absurdos y delirantes, que si no lo lee todo junto, se pierde seguramente algo... más que nada los tres volúmenes anteriores.

Si se quiere sacar las ganas, vaya al blog que señalé arriba. Ahí está no solamente todo el comic del Capitán, sino las otras historietas de este caballero del cual me ahorro los adjetivos porque, como ya dije arriba, nos une un lazo mental y no puedo calificarlo objetivamente.


MAX KING